domingo, 14 de agosto de 2011

La manera disruptiva de aprender


Estoy de acuerdo con el señor Curtis, asesor en sistemas educativos, cuando dice que la escuela necesita un cambio innovador en la interacción profesor-alumno. Este cambio debería de regir un sistema mucho más flexible y personalizado, donde el profesor actuase como guía en el aprendizaje y en la gestión de las emociones del estudiante y el alumno administrase su ritmo bajo la supervisión del profesor.

Me llama la atención que el entrevistado centre exclusivamente el objetivo de la educación de los más jóvenes en el ámbito laboral. Como futura maestra, opino que hay que priorizar la formación de criterio, principios y valores antes de “programar” los cerebros para el mundo laboral.

No hay duda, en un futuro los cuadernos de texto quedaran obsoletos, si es que no lo están ya, y reinaran en las aulas todo tipo de tecnologías habidas y por haber. No obstante, la parte menos optimista de toda esta disrupción educativa es la siguiente: muchos niños se han perdido, se pierden y se perderán por falta de medios e infraestructuras en sus escuelas. Y es en este punto cuando reflexiono y llego a la conclusión de que el exceso de avance tecnológico, que tanto bien origina en unos y mal en otros, hace que en el mundo crezca velozmente la desigualdad educativa, ya sea en los países desarrollados como en los subdesarrollados.



“La plataforma tecnológica nos permite rediseñar la educación de formas inconcedibles en el pasado”

Curtis Johnson

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